
En los últimos años, el marketing digital se ha consolidado como el epicentro de la comunicación entre marcas, consumidores y comunidades. Sin embargo, más allá de las estrategias cuidadosamente diseñadas por empresas y agencias, existen fenómenos sociales espontáneos que terminan convirtiéndose en auténticos casos de estudio. Uno de los más recientes es el llamado “Mundial de Desayunos” de Ibai Llanos, un evento surgido en redes sociales que ha transformado un gesto tan cotidiano como desayunar en un fenómeno viral global.
Lo que en apariencia era un entretenimiento ligero acabó generando un movimiento colectivo que superó los 15 millones de interacciones en la recta final entre dos platos representativos de la gastronomía latinoamericana: el pan con chicharrón de Perú y el bolón de verde de Ecuador. Los resultados fueron abrumadores: memes, campañas espontáneas, participación institucional e incluso reacciones de gobiernos nacionales.
Este fenómeno no solo refleja el poder de las redes sociales y la influencia de figuras como Ibai Llanos, sino que además ofrece múltiples aprendizajes para el marketing digital. Desde el marketing experiencial, pasando por la dinámica del comportamiento del consumidor, hasta el rol del influencer marketing y la viralidad de plataformas como TikTok y X, el “Mundial de Desayunos” ilustra cómo los nuevos ecosistemas digitales moldean la forma en que las audiencias interactúan con contenidos, marcas e identidades colectivas.
El marketing experiencial parte de la premisa de que los consumidores no solo buscan productos o servicios, sino experiencias significativas que despierten emociones, recuerdos y vínculos. El caso del “Mundial de Desayunos” lo ejemplifica de manera clara: la acción no consistía únicamente en votar entre dos opciones gastronómicas, sino en participar en una experiencia compartida y culturalmente relevante.
Cada usuario que interactuaba con las votaciones no lo hacía de forma aislada, sino como parte de una comunidad nacional. El voto se transformaba en un símbolo de identidad y orgullo, un acto que iba mucho más allá de la comida y que conectaba con lo más profundo de la cultura de cada país. En este sentido, Ibai Llanos no estaba promoviendo un producto, sino generando un espacio de participación colectiva con un fuerte componente emocional.
Para el marketing digital, esta dimensión es clave: los consumidores actuales valoran las experiencias que pueden compartir, que generan conversación y que les permiten sentirse parte de algo más grande que ellos mismos.
El fenómeno también muestra cómo el comportamiento del consumidor en entornos digitales se ve impulsado por factores emocionales y sociales. Desde la perspectiva clásica del marketing, las decisiones de consumo pueden analizarse en función de necesidades, deseos y demandas. En este caso, el deseo no estaba en consumir un desayuno específico, sino en reafirmar una identidad colectiva.
El usuario que votaba no lo hacía pensando en la lógica del sabor o en la comparación objetiva entre platos, sino en el orgullo nacional, en la posibilidad de que “su” plato se posicionara en un ranking global. La emoción y el sentido de pertenencia resultaron más determinantes que cualquier otra consideración racional.
Este punto conecta con la importancia del marketing cultural: las marcas que logran activar estas emociones e identidades colectivas consiguen niveles de engagement mucho más altos que aquellos que apelan únicamente a atributos funcionales.
El papel de Ibai Llanos en este fenómeno es fundamental. Con millones de seguidores en plataformas como Twitch, TikTok y X, Ibai se ha consolidado como uno de los influencers más relevantes a nivel global. Su credibilidad, autenticidad y cercanía con la audiencia hacen que cualquier contenido que comparte tenga una capacidad de amplificación extraordinaria.
El “Mundial de Desayunos” no necesitó de grandes inversiones en medios pagados ni de campañas planificadas: bastó con la iniciativa del creador y la capacidad de su comunidad para viralizar el contenido. Este es un ejemplo perfecto del poder del influencer marketing, donde la recomendación o la acción de un creador puede superar con creces el impacto de una campaña corporativa.
Además, la participación de Ibai demuestra cómo los influencers pueden convertirse en plataformas culturales en sí mismos, capaces de articular narrativas colectivas y de movilizar audiencias a gran escala.
El éxito del “Mundial de Desayunos” también se explica por la lógica de la viralidad en redes sociales. Plataformas como TikTok, X y Facebook jugaron un rol decisivo en la difusión del fenómeno. En cuestión de horas, miles de usuarios comenzaron a producir memes, vídeos y comentarios que potenciaron el alcance más allá de la audiencia original de Ibai.
El contenido generado por usuarios (UGC) fue el combustible que disparó la campaña. Cada meme o vídeo representaba una reinterpretación creativa del reto, lo que multiplicaba su resonancia y su capacidad de conectar con diferentes públicos.
En este sentido, el fenómeno ilustra uno de los principios clave del marketing digital: la descentralización del mensaje. Ya no es el emisor original quien controla la narrativa, sino que los usuarios se apropian del contenido y lo amplifican desde su propia perspectiva.
Otro aspecto interesante fue la participación de medios de comunicación e instituciones públicas. Gobiernos, embajadas y organismos oficiales se sumaron al fenómeno, amplificando aún más la relevancia del evento. Este punto refuerza la idea de que los límites entre lo digital y lo institucional son cada vez más difusos.
Lo que comenzó como una acción de entretenimiento en redes acabó generando titulares en medios internacionales como Infobae, y comentarios oficiales de representantes políticos. Desde la perspectiva del marketing, este cruce muestra cómo los fenómenos digitales pueden tener un impacto transversal en diferentes esferas sociales.
El “Mundial de Desayunos” nos deja varias lecciones clave aplicables al ámbito del marketing digital:
El caso del “Mundial de Desayunos” de Ibai Llanos demuestra cómo el marketing digital no solo se limita a la promoción de productos o servicios, sino que también puede convertir elementos cotidianos en fenómenos globales con un fuerte componente cultural y emocional.
Para los profesionales y para quienes piensan en estudiar marketing, este fenómeno es un recordatorio de que las estrategias más exitosas no siempre dependen de grandes presupuestos o campañas elaboradas, sino de la capacidad de conectar con las emociones, identidades y experiencias de las audiencias.
En los diferentes programas de Marketing de la Universidad Europea en Perú, analizamos en profundidad este tipo de casos reales para formar a profesionales capaces de comprender y aplicar estas dinámicas en contextos empresariales. Porque al final, el marketing digital no solo se trata de vender, sino de crear conversaciones, experiencias y comunidades que trasciendan lo inmediato y generen valor a largo plazo.
Artículo redactado por Ph.D. Isidro Sánchez-Crespo Pérez, Director del Máster Universitario en Marketing en la Universidad Europea